Es una de las promesas de campaña insignia del nuevo presidente de los Estados Unidos, construir un muro que limite el acceso por México de los inmigrantes venidos de Latinoamérica. Los expertos ya han denunciado las graves consecuencias sociales, económicas y políticas que vendrían con la construcción de una barrera física en la frontera más activa del mundo; y aunque no se aborda con la misma intensidad, también podría conllevar a incalculables afectaciones a la flora y la fauna de la región.
Animales como: jaguares, pumas, ocelotes, berrendos, castores, correcaminos, borregos cimarrones, osos negros, linces, coyotes, jabalíes, entre otras especies (algunas de ellas en peligro de extinción) estarían en riesgo de desaparecer o de disminuir su número de población gracias al muro de Trump.
Muchos de estos animales comparten actividades cotidianas entre Estados Unidos y México debido a que viajan a ambos lados del límite fronterizo en diferentes etapas de su vida. Un ejemplo claro son los jaguares, los cuales van hacia el norte del continente durante su juventud para conseguir alimento, pero regresan al sur (a México) durante su madurez para buscar pareja y reproducirse.
Debemos recordar que entre estos países, se encuentran una serie de montañas que van desde la Sierra Madre Occidental en los estados de Sonora y Chihuahua (México), hasta el Gran Cañón de Colorado en Arizona y Nuevo México (EUA); también se localizan los ríos Sonora y San Pedro, los cuales tienen una longitud de un poco más de 200 km entre ambas naciones. A esta zona se le conoce como “Islas del Cielo”, por la gran cantidad de biodiversidad que es posible encontrar.
El Dr. Clint Epps, biólogo de vida silvestre en la Universidad de Oregón, sostiene: “Algunas especies como los borregos cimarrones tienen gran presencia a ambos lados de la frontera. Dependen de la libertad de movimientos para mantener su diversidad genética y para poder recolonizar el hábitat donde han sufrido extinciones locales”.
Por otro lado tenemos al investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, Gerardo Ceballos, quien concurre con las declaraciones del Dr. Epps, afirmando que “a una escala mayor, el muro impacta en los beneficios que obtenemos los seres humanos de la naturaleza. Por ejemplo, la calidad y cantidad de agua, la calidad de aire y fertilización de suelos.” En conclusión: el muro que el presidente Donald Trump pretende levantar en más de 3,000 kilómetros de frontera crearía un desequilibrio biológico y ambiental que habitantes de ambos países lamentaremos, todo, por un puñado de votos.
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